Seguro que recuerdas algún anuncio de TV que de pequeño te impactara. Uno de Navidad, o de la lotería, o de los Juegos Olímpicos. Anuncios muy caros de producir que eran vistos por millones de personas, ya que había muy pocos canales de televisión.
Sin embargo la industria ha evolucionado enormemente y, para que puedas adaptarte a estos cambios y encontrar salida laboral, aquí te explicamos como adaptarte a la evolución de los anuncios.

Hace muchas décadas, en un mundo muy lejano, antes de internet y de la televisión por cable, rodar un anuncio para televisión no era muy diferente de rodar una película. Los presupuestos eran astronómicos, las crews de de más de 50 personas, directores de prestigio en el mundo del cine, actores famosos con camerinos, muchos días de rodaje, platós, aviones privados, localizaciones exóticas…
El anuncio más caro de la historia, para Channel no 5, “The Film”, con Nicole Kidman y dirigido por Baz Luhrmann (director de Moulin Rouge, entre muchas otras películas), en 2004, un año antes de la aparición de YouTube, costó nada más y nada menos que $33m
Pero a mediados de los años 2000 todo cambió. En los 90, la oferta audiovisual con la llegada del cable había hecho que el número de canales de televisión se multiplicara exponencialmente, con lo que el rating y el impacto de cada anuncio se difuminó muchísimo, ya que la audiencia estaba mucho más repartida.
Fue internet y sobre todo la llegada de YouTube en 2005 lo que acabaría de dejar esos mega anuncios de cientos de miles de dólares como algo del pasado, que ocurriría ya muy contadas veces. Como los anuncios de Freixenet en España o los de John Lewis en el Reino Unido – o últimamente los de verano de Estrella Damn, que se han convertido en casi una tradición estival.
Esta evolución de los anuncios ha producido un cambio aún mayor en los roles de las personas que trabajan en la industria.
Por un lado, el número de anuncios se ha multiplicado enormemente. Al pasar de dos canales de TV a cientos de ellos, más millones de anuncios para social, se ruedan más anuncios que nunca y jamás ha habido tanto trabajo en la industria. A la vez, los salarios se han reducido también enormemente y no sólo eso, sino que los roles de cada persona involucrada en la producción de un anuncio están también cambiando y, en muchos casos, fundiéndose.
Por ejemplo, hasta hace relativamente pocos años, los puestos de productor y director en la industria del marketing estaban muy definidos: el productor estaba encargado de la logística y del presupuesto y el director aportaba la visión creativa y dirigía el rodaje y coordinaba la post-producción con los editores o montadores.
En términos prácticos, esto significaba que el productor montaba el presupuesto y el calendario y se aseguraba de que los gastos y las fechas se ajustasen a ellos, negociando “deals” con todas las personas y empresas involucradas: director, crew, actores, catering, localizaciones, derechos de autor – música, footage, footage de archivo – viajes, taxis, post, editor etc.
Mientras que el director traía su “visión”:
- Desarrollaba la idea por sí solo/a si trabajaba para una productora de tamaño pequeño/medio
- Si era el equipo creativo de la agencia de marketing la que escribía el guión, el director trabajaba con él y le daba su imprenta personal: la estética, el ritmo, planos, música etc.
En muchas empresas y muchos países aún se sigue trabajando así, separando la labor del director de la del productor, porque son muy distintas: el productor debe ser una persona increíblemente organizada y la persona que tiene que asegurarse de que todo el mundo hace su trabajo y resuelve todos los problemas que puedan surgir para que el resultado final sea lo que el cliente quiere. Es, digamos, el poli malo.
Y el director debe de ser una persona increíblemente creativa con una visión muy personal acerca del look final del vídeo y que sepa cómo comportarse con la crew y con los actores durante el rodaje. El poli bueno. Es importante que el director tenga don de gentes para sacar lo mejor de cada miembro de su equipo durante el rodaje y la post-producción.
Sin embargo, cada vez más frecuentemente ambos roles se están fundiendo en uno al que llaman producer/director, para abaratar costes, lo que está creando muchos problemas ya que las habilidades necesarias para desempeñar ambos trabajos son de alguna forma opuestas.
Es prácticamente imposible ser a la vez el poli malo que tenga que poner presión en la crew para que todo salga a tiempo y con el presupuesto disponible y a la vez el poli bueno que a todo el mundo le cae bien y que sacará lo mejor de cada miembro de esa crew a la que, por otra parte, de una manera algo bipolar, trata con látigo en su faceta de productor.
Hay una parte positiva también, este cambio ha creado muchas oportunidades laborales para aquellos que sepan trabajar de una manera multitarea y que sean organizados y también creativos. Como esas personas abundan menos y lo normal es ser excelente en un campo o el otro, pero no en ambos, para aquellos que lo son en los dos hay muchas más oportunidades laborales. Pero para aprender ambas habilidades hace falta aprenderlas por separado, como por ejemplo en nuestro Máster de Audiovisuales, donde ahondamos en ambos roles.
Ahora hablaremos de la evolución de los anuncios en la actualidad
No contentos con fundir los roles de director y productor en uno para reducir costes, la tendencia actual es buscar lo que se llama un “self-shooting producer/director”, que es alguien que no sólo sea ambos el productor y el director del proyecto, sino también el cámara y encargado de la iluminación e incluso del sonido.



Esto, sin embargo, está empezando a repercutir en la calidad final de los vídeos, por lo que no está claro si esta tendencia a juntar tres trabajos en uno se extenderá por la industria o no. En países como el Reino Unido ya está muy arraigada y no hay vuelta atrás, mientras que en otros como España o Canadá prácticamente no existe.
Como ejemplo del trabajo de un self-shooting producer/director os aninamos a que veáis este vídeo, rodado por el de profesor de EARTES, Daniel Polanco quien impartirá este módulo en nuestro Master.
Daniel produjo el vídeo, diseñó el presupuesto, el calendario, organizó los vuelos, transporte, traductor, alquiler de equipos, entrevistas, escribió el guión, dibujó la storyboard y grabó todo con su cámara, sus luces y sus micros: imagen, luces y sonido, él solo. Viajando por Mongolia y entrevistando a familias nómadas en 4×4 y en camello, durante dos semanas.
Para concluir, como podéis ver la industria tiende cada vez más a lo que se llama a one man team (o woman). Una persona que lo haga todo. La pregunta es: ¿seguirá por ese camino o se volverná a repartir los roles como antes, si el producto final acaba por no tener los estándares de producción y el impacto que solía?
Una vez explicado hacia dónde va la industria, el siguiente paso es conocer los pasos a seguir para realizar un anuncio, ya sea con un productor, director y cámara o un self-shooting producer.
Pero de cada una de esas fases hablaremos en detalle en nuestro próximo Post:
Las 6 etapas para rodar un anuncio para TV o redes sociales
Y en nuestro Máster de Audiovisuales, donde dedicaremos un módulo entero de tres meses a este tema, con clases online, live, semi-presenciales y ejercicios prácticos, al final del cual habrás rodado tu propio anuncio de televisión y todos los social media cuts.
¡Te esperamos!